Sobre mí

Mi nombre es Katherine Nicol, terapeuta holística con conocimientos en Terapia Floral de Bach, Lectura de Oráculos (Tarot Evolutivo y Runas), Lectura de Registros Akáshicos, Reiki, Masajes terapéuticos, entre otros.

Desde pequeña tuve una gran inclinación hacia los conocimientos esotéricos y energías sutiles, fuera del plano físico. Durante años tuve un conflicto importante con respecto a mi propia presencia en la tierra, intentaba vivir casi en un mundo imaginario con el menor contacto posible con lo terrenal, porque para mí el mundo imaginario era mucho más bonito que el mundo real. Eso provocaba que no me pudiera hacer cargo completamente de mi vida, porque tenía la punta de un pie en la tierra y el resto de mi ser estaba en un plano más sutil. Además, provocaba que viviera en un constante estado depresivo, porque no lograba conectarme con la vida misma y el mundo imaginario no lograba convertirse en algo real.

En mi adolescencia pasé por salas de distintos psicólog@s y psiquiatras, tomé antidepresivos y otros medicamentos. Y nunca pude superar ninguno de mis conflictos con sus terapias ni con pastillas. En mi interior sólo quería dejar de existir, porque el mundo era demasiado duro y feo en ese momento, en el que me sentía una víctima más. Con esto no quiero decir que sea negativo ir a una consulta con un especialista, pero no era lo que yo necesitaba.

Una persona muy querida me abrió los ojos y me hizo ver que las pastillas no me ayudaban, tenía sueño todo el día, no me sentía más feliz, lloraba todo el tiempo, así es que decidí dejarlas. Y nunca me había sentido tan mal física y emocionalmente, porque ignoraba que su interrupción generaba síndrome de Abstinencia y ninguno de los especialistas me lo dijo tampoco. Aun así, las dejé y no volví a tomar pastillas, ni siquiera para otras dolencias, salvo en casos muy puntuales.

Y allí comenzó un camino que iba en un vaivén entre mi estado depresivo, alegría esporádica, mi estado inconformista y emociones completamente desequilibradas, donde aparecieron personas y herramientas que me ayudaron a seguir. Estudié Masaje y Estética Integral, trabajé un tiempo como Esteticista, pero no me llenaba lo que hacía. Continué especializándome en Masaje descontracturante y tailandés, que me gustaba mucho, porque lograba entregar el bienestar y la relajación que necesitaban las personas.

A pesar de todo, siempre caía en ese estado en el que quería dejar de vivir, pero seguía. Llevaba 3 años estudiando Medicina Veterinaria hasta que en un momento exploté, debido al estrés propio de la carrera y a una relación muy complicada. En resumen, mis días en ese entonces eran sufrir y tratar de estudiar mientras lloraba y luchaba con mi concentración.

En ese momento, una querida persona me recomendó asistir a una terapia de Tapping con Paola Concha, una excelente terapeuta que guardo con cariño en mi corazón, porque fue el primer paso hacia una vida más bonita. Luego de algunas sesiones mi camino empezó a dar un vuelco. Pude salir de esa relación desgastante, dejé mi carrera universitaria y muchas cosas comenzaron a cambiar.

Al poco tiempo apareció el Reiki en mi vida. No quise asistir a una terapia, sino que sentí un llamado a iniciarme en Reiki. Así lo hice y me gustó tanto sentir una verdadera conexión con el Universo, que quise convertirme en Maestra de Reiki.

Empecé a ver cómo el Reiki abría caminos y cerraba heridas de las personas que atendía. Y cómo todo empezaba a apuntar hacia un mejor vivir. Por lo que decidí continuar en este camino, que me empezaba a hacer cada vez más sentido.

Siempre me ha gustado aprender y experimentar a través de muchas cosas diferentes, por eso, cuando me recomendaron a Claudia Campos Canifrú, una gran tarotista, comencé a estudiar con ella este libro de la sabiduría.

De a poco, me empecé a reconectar con mi propia esencia, a través de estas disciplinas, pero aún seguía sintiendo un vacío existencial. Y entonces, apareció una Formación en Registros Akáshicos en mi vida. Sin pensarlo, me sumergí en este mundo, que fue lo más cercano a mi mundo imaginario y pude entender que sí existía ese mundo verdaderamente. Porque todo estaba entrelazado, el mundo físico, mental, emocional y espiritual. El problema era que mi anhelo era habitar el mundo espiritual, pero me estaba olvidando que no podía habitar sólo un mundo, porque todos eran importantes y coexistían.

Con este aprendizaje empecé a conectarme conmigo y con todo. Volví a estudiar en la Universidad, esta vez Licenciatura en Filosofía, aprendí lo que necesitaba aprender y también me decepcioné completamente del sistema universitario y de sus enseñanzas sesgadas. Aun así, sentía que no podía abandonar la universidad otra vez, así es que continué.

El camino me siguió llevando hacia la sanación y comencé una Formación de Terapia Floral en el Instituto Mount Vernon, con Lourdes Campos, una maestra muy sabia e intuitiva. Y este fue uno de los procesos más sanadores que viví, porque cada clase y cada flor que aprendíamos era un aprendizaje emocional y de vida. Mientras estudiaba para convertirme en Terapeuta, comencé a tratarme con Terapia Floral, con Nora Arias, quien es mi terapeuta hasta el día de hoy. Y rápidamente la terapia empezó a hacer efecto. Algo importante cambió dentro de mí y me permitió superar el sufrimiento provocado por mi desconexión con la tierra y con la vida. De esta manera, mi vida empezó a acercarse cada vez más a mi mundo imaginario y pude concretar cosas que antes sólo estaban en ese mundo. Dejé la carrera de Filosofía luego de 2 años, porque quería soltar todo aquello que privara mi libertad y fue la mejor decisión que pude tomar.

A través de terapias holísticas, reprogramación mental y mucho movimiento (porque felizmente también me dedico al arte circense). Empecé a crear la vida que antes estaba sólo en mi imaginación. Y así, luego de varios años de aprendizaje, comencé a hacerme cargo de lo que vivía, empecé a escuchar a mi alma y comprendí que hacer cosas que no nos hacen avanzar ni nos hacen felices, sólo retrasa el desarrollo de nuestras almas y, en consecuencia, nos generan sufrimiento.

Actualmente estoy estudiando para convertirme en Instructora de Yoga y la filosofía védica era todo lo que mi alma necesitaba saber acerca de filosofía. A veces tenemos inclinaciones, pero las desviamos hacia lo conocido (porque no sabemos más allá en ese momento), por eso es importante abrirnos para conocer todo lo que podamos en este mundo y nunca limitarnos.

Hoy quiero ayudarte a que tú también te hagas cargo de tu vida, que dejes la comodidad que tienes para que se revele en tu vida lo que verdaderamente te hace feliz.  Y puedas convertirte a tu ritmo y con tus propios procesos, en Anima Libera.

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